Descripción
En un velro de 8 m., el autor soltó sus amarras del puerto almeriense de Aguadulce una mañana de Octubre, quinientos años después de Colón y, como él, en busca de un sueño en la otra orilla del Atlántico. El reto inicial era demostrarse que era capaz de enfrentarse a solas con el mar. Sin embargo, a medida que fue avanzando la travesía ya lo único que le importaba era sentirse en armonía con el universo que le rodeaba, por hostil que en ocasiones este pudiera mostrarse.