Descripción
Finales de 1938 tras la cruel batalla del Ebro, derrotados pero no vencidos, los valientos marinos mercantes republicanos siguen zarpando, sabiendo que lo que transpòrtan en sus bodegas es mucho más valioso que el pan y la munición: llevan la esperanza. Ya sólo se lucha para evitar ser completamente aplastados, para intentar negociar que después de la guerra venga la paz y no la total destrucción. Esta guerra ha hecho madurar deprisa al teniente de navio Victor de Loreto. Al mando de un viejo mercante oxidado que sólo flota por la fuerza de la costumbre, con una dotación que lleva ya demasiados años navegando, demasiados mares, se le ordenará cazar y destruir al Capitán, así con mayúscula, al maestro de sus maestros,. Y Victor puede dudar de muchas cosas, pero sabiendo bien que una orden es una orden y una guerra, una guerra.
