Descripción
El equipo que en 1998 emprendió el asalto de las aguas bravas del Tsangpo tuvo que abrirse paso por una zona tan recóndita, que hace tan sólo 5 años los cartógrafos seguían creyendo que podía esconder unas cataratas el doble de altas que las del Niágara. El impresionate y riguroso relato mantendrá en suspenso desde su inicio hasta trágico final, a cualquiera que haya soñado con explorar uno de los mayores enigmas geográficos del planeta.