Descripción
Como buen inglés, Roger Deakin adoraba el agua. Así que un día de 1996 se lanzó al foso de su casa en Suffolk y se propuso recorrer las islas británicas a nado. Playas, pozas, ríos, estanques y lidos. Acueductos, canales, cascadas y canteras inundadas. Deakin recorrió su país contemplando la vida desde la perspectiva de las ranas, y fue interceptado por guardacostas, confundido con un suicida e incluso estuvo a punto de ser engullido por un remolino en las Hébridas.
Una vibrante oda al inconformismo, a la imaginación y a la voluntad de actuar con libertad plena. Un viaje inolvidable y una audaz celebración de la atracción que el agua sigue ejerciendo en todos los seres vivos.