Descripción
Tras la lectura del libro, uno puede sacar la imporesión de que sus protagonistas quizá navegaron mejor cuando gozaron de menos ayuda, en un ambiente más liberal. Habrían pasado con mayor agilidad de la vela al vapor, que de éste al diesel. Más de uno concluirá que gracias a la política iniciada en 1868 la flota acabó por modernizarse. Sería obviar que los armadores que sobrevivieron lo liograron amparándose en el cabotaje y en el mercado colonial,. ambos protegidos. La recuperación del sector, al principio lenta, luego espectacular, es una de las partes más novedosas de este estudio al uso. De la combinación de un marco legislativo que permitió la compra de buques modernos a precios razonables, de un tráfico reservado, de capitales propios y de préstamos o inversiones enmascarados de británicos, fue resurgiendo un sector naviero, el bilbaíno, que acabará conviertíendose en la primera flota de España.